sábado, 5 de octubre de 2013

Police en Río de Janeiro (2007) Concierto Completo





Asistí al concierto de The Police en Barcelona en 2007. No voy a decir nada que no haya escrito antes. El día después del concierto publiqué ésto:

¿Nostalgia en el concierto de "The Police"?... Sólo de no tener veinte años.

¿Quién dijo nostalgia? Lo de anoche fue exactamente una lección... pero no de nostalgia. 60.000 personas estuvimos ayer en el Estadio Olímpico de Monjuïc, muchos -como yo- después de habernos hecho una panzada de kilómetros, y lo que menos necesitábamos era asistir a un concierto en el que imperasen los recuerdos y la nostalgia. Definitivamente, no hubo ni un gramo de ella.
Digo que fue una lección, -si queréis, fue una lección magistral- porque "The Police" enseñó anoche cómo tres tipos más bien talluditos pueden hacer música, sí MÚ-SI-CA (como el BA-LON-CES-TO de Pepu), y sacarles los colores a más de uno de los que pretenden dar superconciertos de verano gastándose la pólvora en salvas y artificios.
"The Police", el trío Copeland-Summers-Sting, demostró cómo se hace un concierto, un superconcierto, desde el inicio de su "Message in a bottle" hasta el potente bis con "King of pain", "So lonely", "Every breath you take" y "Next to you" (Su primera canción oficial y última del concierto, dejando a las claras que no va a haber más, pues el círculo está cerrado).
Posiblemente la canción menos coreada del concierto ("When the world is running down... (You make the best of what's still around)") fue la que más me impresionó -por motivos personales, tal vez-, pero el concierto estuvo plagado de buenos momentos... subidones de potencia muy bien medida, y remansos de paz jazzie en los que se notó que no sólo hicieron en su momento cinco espléndidos álbumes, sino que ahora han seguido sumando a su maestría otras influencias y gustos; aunque la esencia estaba ahí, en la música que se desplegaba en ese escenario, recuperando hermosas canciones por las que no parecían haber pasado veintitantos años. Magistrales también fueron sus visitas a "Driven to tears", "Walking on the moon" o "Hole in my life" e incluso el arreglo de "Roxanne" (canción de la que he oído de Sting o visto en sus conciertos no menos de siete versiones distintas) llegó a apasionarme.
En fin, nostalgia sí habrá... pero será recordando este concierto o, tal vez, de no tener veinte años ahora para haber aprendido con esa edad lo que es un buen concierto.

Eso fue lo que publiqué entonces. Y leído hoy no cambio ni una coma. No he conseguido el concierto completo en un sólo vídeo, pero aquel año también tocaron en Río de Janeiro, la ciudad más bonita que jamás yo haya visitado. Ahí os queda.


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