lunes, 21 de octubre de 2013

Mis imprescindibles: Álbumes de una vida (V) Sign Of The Times



En 1986 Prince había publicado un álbum genial: Parade; un disco casi perfecto, con alguna de las mejores canciones de su carrera (Kiss. Girls & Boys... entre otras) y parecía imposible que pudiese hacer algo mejor. Pero, cuestiones que suelen suceder cuando un artista está en la cima de su capacidad creativa, justo un año después, el 31 de marzo de 1987, aparece el fantástico Sign "O" the times, un álbum doble en el que no hay una sola canción de relleno ni que baje el nivel. Letras muy trabajadas, melodías sorprendentes, simplicidad y complejidad en cada canción, soluciones innovadoras, una demostración de virtuosismo pues toca prácticamente todos los instrumentos y un fantástico elenco de músicos en los (pocos) instrumentos y/o voces que no hace el propio músico de Minneápolis, una mezcla de estilos como nunca antes había hecho (pop, soul, funk, rock, jazz, electrónica...), en fin, un disco revelador.
El disco aparece en medio de un panorama algo convulso: la Warner no le ha dejado publicar un disco triple llamado Crystal Ball, acaba de romper con su banda de los últimos años (The Revolution), el propio Prince afirma que no hay nadie que sea capaz de seguir su ritmo pues tiene más de quinientas canciones listas para publicar, casi todas grabadas en el propio estudio de su casa Paisley Park, el SIDA y el VIH empiezan a hacer estragos en la sociedad norteamericana, el sueño egocentrista de los 80 está en su cénit y anuncia una rápida caída... todo es volátil, como dice la canción inaugural y que da título al disco: Sign of the times. (En Francia un hombre flaco muere por una gran enfermedad con un nombre pequeño, por casualidad su novia se encuentra una jeringuilla y pronto le pasa lo mismo. En casa hay chicos de diecisiete años cuya idea de diversión es estar en una pandilla llamada "Los discípulos", expertos en crack y en llevar una pistola. Es el signo de los tiempos. El huracán Annie se lleva el tejado de una iglesia y mata a todo el mundo dentro, enciendes la tele y en cualquier otra historia te están contando que hay alguien muriendo. La chica mata a su bebé porque no puede permitirse pagarle su alimentación, y nosotros mientras mandamos hombres a la luna. En septiembre mi primo prueba un porro por primera vez, ahora está enganchado al caballo, es junio. Es el signo de los tiempos. Es tonto ¿no? Mientras que un cohete explota, todo el mundo quiere seguir volando. El hombre no es feliz hasta que verdaderamente se mata (...) Chica, y si nos enamoramos, nos casamos, tenemos una criatura y le llamamos Nate, (si es chico))
Tras esta explosiva declaración de intenciones sobre un ritmo de tambores liderados por Sheila Escovedo, vienen Play in the Sunshine y la revolucionaria Housequake, una canción indescifrable pues cada vez que la escucho u oigo una nueva versión del propio Prince en sus directos, le descubro un matiz nuevo. Lo que sí está claro es que la fiesta debe continuar. La primera cara del primer disco se cierra con la deliciosa Ballad of Dorothy Parker, con un Prince desatado que demuestra su versatilidad y su grandeza como músico y letrista.


Siguen cinco temazos: It, Starfish & Coffee, Slow Love, Hot Thing y Forever in my life. Es la parte más sexual y primaria del disco si incluimos la primera cara del segundo LP con U got the look, If I was your girlfriend, Strange relationship e I could never take the place of your man. Starfish & Coffee es el tema que más se parece al material ya publicado en Parade, con esos aires tan franceses del trabajo del 86. Prince está fascinado con Francia y su cultura (ha rodado una fallida película, ha tenido un desomunal éxito con su música y ha vivido una época en Paris). El minimalismo es extremo en It (como en Forever in my life) pero no es una canción incompleta (como lo fue en su día Kiss).
El disco se cierra con tres temas largos The Cross, el directo en París de It's gonna be a beautiful night y la inclasificable Adore. Que el disco haya sido el primero en que Prince lleva todas las riendas creativas y de producción, ayuda a hacer de este álbum una verdadera obra maestra y una referencia para toda la música de la década.
Aparte de que haya sido el disco más alabado del pequeño gran músico de Minneápolis, y el disco que ha generado más singles de éxito, a mí me parece el mejor álbum de los años 80. Resiste perfectamente el escucharlo hoy en día, pues no hay cosas que suenen raro o mal, incluso técnicamente y en arreglos, el disco fue diez o veinte años por delante de su tiempo y supuso, bajo mi punto de vista y junto al Álbum Negro la cumbre creativa de Prince.
En fin, que se nota que soy muy partidario de este disco ¿no? Pues eso, que disfrutéis de algunos pasajes (pocos) que se pueden conseguir en el tubo:

Sign of the times (enlace a vídeo en directo)
If  I was your girlfriend (enlace a video en directo) (enlace a vídeo de película)
U got the look (con Sheena Easton) (enlace)
It's gonna be a beautiful Night (enlace)

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