martes, 29 de octubre de 2013

Admiración


Puedes escribir una necrológica y, como hacen todos, pasarte en el pasteleo. Puedes escribir una necrológica y ser gilipollas, como bastantes. Puedes escribir o juntar letras y hacer las cosas razonablemente, incluso ser muy bueno. Y después de todos estos, mucho después, está Diego A. Manrique cuando habla de música. Hoy lo ha hecho de Lou Reed, sacando sus virtudes y sus miserias, demostrando la sabiduría que tiene y lo que se calla para sí. Muchos escribimos de música con mayor o menor acierto. Pero todos los que sabemos un poquito, sólo un poquito, queremos llegar a ser como Diego. Yo incluso me conformaría con llegarle a la suela de sus zapatos. Y como dice en su artículo de hoy "Uno confía en que Lou, tan huraño y tan desconfiado, disfrutara de ese beneplácito tardío".Yo también.
He dicho.

El artículo completo pulsando aquí.

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