Hace dos mil años mi ciudad, Vigo, no existía. Hoy es una ciudad que ha nacido desordenadamente, a golpes, primero del mar y de la pesca, después de las conservas, que trajeron los astilleros, que gracias a ellos y su dominio del metal se decidió a instalarse aquí Citroën, que a su vez hizo que Vigo sufriese un crecimiento desmesurado por la inmigración interior que trajo a esta ciudad a muchos gallegos de otras provincias, especialmente de Ourense, e hizo que fuese una ciudad sin identidad "en la que muy pocos eran de aquí", un monstruo que parecía haber nacido de las vísceras de un loco poco iluminado... pero hoy es la ciudad que yo quiero, en la que ya muchas generaciones hemos nacido y que queremos unas trescientas mil personas entre las que está Eladio Santos.
Entre las múltiples facetas de Eladio Santos (pinchadiscos, productor, padrazo...) está aquella más estimable de músico, y además (esto no lo digo yo solo) es de los buenos. Casado circunstancial y ocasionalmente al showman Tony Lomba, Eladio tiene su propio grupo Eladio y los Seres Queridos del que hoy os traigo la canción más bonita que se ha hecho a mi ciudad en los últimos cincuenta años, por lo menos.
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